Todos hemos oído hablar de la Terapia de Pareja, pero pocos saben cómo funciona. En este post os explicaremos en que consiste la Terapia de Pareja y las preguntas más frecuentes que suelen hacerse.
En todas las relaciones hay momentos de mayor y menor satisfacción. Con el paso del tiempo, es frecuente que surjan crisis y aparezcan conflictos cotidianos que, en ocasiones, nos cuesta resolver de manera apropiada y se cronifican.
Por no aumentar el conflicto, o porque no somos plenamente conscientes, no actuamos. Esto afecta y repercute al bienestar de la pareja, exponiendo así a los hijos/as, en el caso que los hubiera. Nos pasamos el día discutiendo y reprochando. Entramos en un bucle del que no podemos salir, nuestra “zona de confort”, aunque ésta, a priori, no parece ser muy confortable.
Cuando ya no podemos más con la situación es cuando empezamos a buscar alguna alternativa, y nos viene a la mente eso de “¿debería ir a terapia de pareja?”. Y, en un último intento de salvar lo que queda de nuestra pareja, hacemos el esfuerzo de empezar con la terapia.
Cabe destacar que, lo más correcto sería ir mucho antes de llegar al límite, para trabajar de una manera más tranquila y con la mente más serena. Pero, siempre se está a tiempo de trabajar en la pareja y decidir qué cambios podemos ir introduciendo para conseguir el equilibrio y bienestar que necesitamos, aunque nos cueste un poco de trabajo extra.
La eficacia de la terapia está demostrada cuando se lleva a cabo por profesionales especializados. Es una herramienta que mejora nuestro bienestar. A continuación, trataremos algunas de las preguntas más frecuentes que suelen aparecer antes de dar el paso de acudir a terapia.
¿Cuál es el objetivo de la terapia de pareja?, ¿en qué me puede ayudar?
El objetivo principal de la terapia de pareja es mejorar la calidad de la relación y el nivel de satisfacción de ambos miembros.
Los profesionales de la psicología que la llevamos a cabo, valoramos tanto aspectos referentes al origen de los conflictos como factores que influyen en que estos se mantengan. Las estrategias de intervención generan cambios cognitivos que se transforman en una comunicación más efectiva y una adquisición de habilidades en la resolución de conflictos.
Trabajamos para que las dos partes, llegando a un consenso, consigan el máximo bienestar en las máximas áreas posibles. Desde problemas de comunicación hasta mejora de las relaciones sexuales. De esta manera, se consigue un equilibrio más o menos equitativo para las dos partes.
¿Cuándo es el momento de acudir a terapia de pareja?
Como bien hemos dicho al inicio de este post, deberíamos solicitar ayuda antes de llegar a situaciones límite para poder reconducir la situación antes de que los vínculos que nos unieron se vayan deteriorando y la relación se vuelva tóxica.
Como en la mayoría de aspectos de la vida, cuanto antes nos enfrentemos a las situaciones que nos crean malestar más fácil nos resultará resolverlas. El momento de acudir a un profesional es cuando las dificultades a las que nos enfrentamos día a día nos están creando malestar y no podemos resolverlo por nosotros mismos.
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Los profesionales no juzgamos. Somos objetivos porque sólo conocemos los que vosotros nos contáis libremente y no estamos “contaminados” con otros elementos o comentarios de vuestro entorno. Nos centramos en resolver las dificultades con técnicas validadas científicamente.
Igual que muchas personas sienten pudor la primera vez que acuden a un ginecólogo o urólogo pero vuelven cuando les toca la siguiente visita porque saben que es necesario y repercute positivamente en su salud. Los psicólogos también generamos salud mental y física, “mens sana in corpore sano”.
Lo nuestro no tiene solución, ¿para qué perder el tiempo?
Si, realmente, os habéis planteado el hecho de acudir a terapia es porque, en el fondo, queréis intentar buscar alguna solución. La decisión no está tomada y podría ser una herramienta útil para aclarar vuestras dudas. Quizá veáis de forma clara que, efectivamente, no tiene solución y podréis trabajar para dejar la relación de una manera más coherente y sosegada. O bien, veréis que lo que dabais por perdido, en realidad, no estaba tan perdido como vosotros creíais.
Llegados a este punto, sólo podemos comentaros que si veis que vuestra relación empieza a tambalearse no esperéis a que se vuelva extremadamente tóxica. Empezad a trabajar para equilibrarla y conseguir ese bienestar físico y mental que todos necesitamos para estar lo más a gusto posible en nuestra vida. Y, si hay hijos de por medio, intentad que vuestros conflictos no afecten de manera directa a los más pequeños de la casa.
También os recordamos que desde KAVUREY abordamos este tipo de problemáticas con una alta efectividad, de manera presencial o virtual. Si crees que podrías estar inmerso en una situación que requiera ayuda de un profesional o conoces a alguien que pueda necesitarlo, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.